3 de julio de 2014

Cheesecake de limón sin horno

Ahora que hace tanto calor no apetece demasiado meterse en la cocina ni encender el horno. Este cheesecake de limón sin horno es una opción perfecta para estos días de verano, se hace en solo media hora y puedes prepararlo con antelación (hasta dos días antes). Personalmente, me encanta esta receta de cheesecake de limón, no resulta pesado ni empalagoso, es muy fresquito y entra bien a cualquier hora. Si utilizáis limones de calidad, el resultado mejorará notablemente.

Para decorar podéis añadir unas bolitas de azúcar de colores, como hice yo, frutos rojos (fresas, arándanos o lo que tengáis a mano) o simplemente unos hilos de corteza de limón. Es importante que las galletas que utilicéis para la base sean digestive, a mí las que mejor resultado me han dado son las del supermercado Día. Las otras, como me pasó esta última vez, no acabaron de formar una masa compacta y sin migas. Avisados estáis. La foto que veis es de esta misma receta con la mitad de ingredientes. Vamos con la receta. 

Cheesecake de limón sin horno

INGREDIENTES (para un cheesecake de unos 22 cm)
  • 250 g de galletas tipo Digestive
  • 100 g de mantequilla en cubos
  • 4 láminas de gelatina cortada en trozos
  • Ralladura de un limón y zumo de 2 limones
  • 350 g de queso crema
  • 200 g de azúcar blanca
  • 300 ml de nata para montar refrigerada
1. Cubrir el molde redondo de 22 cm con papel sulfurizado.
2. Poner las galletas en una bolsa hermética y pasar el rodillo encima hasta que estén bien aplastadas.
3. Derretir la mantequilla en el microondas (opción descongelar) unos segundos y mezclarla bien con las galletas en un recipiente redondo.
4. Verter la base de galletas en el molde, aplanar bien y apretar con una cuchara de madera contra la base del molde. De este modo, conseguiremos que la base de galletas quede compacta y no se rompa al desmoldar. Tapar con film y guardar en la nevera.
5. En un cuenco de cristal, remojar la gelatina y el zumo de los dos limones unos 5 minutos hasta que esté blando.
6. Poner el cuenco al baño María y mezclar con una cuchara hasta derretir la gelatina. Dejar enfriar.
7. En otro cuenco, batir la nata hasta que se formen picos.
8. Por otro lado, batir el queso crema, el azúcar y la ralladura del limón hasta que la mezcla sea homogénea. Añadir el jugo del limón y gelatina que habíamos dejado enfriando. La crema resultante debe ser homogénea.
9. Incorporar, con la ayuda de una espátula, la nata a la mezcla anterior. Hacerlo con movimientos envolventes para que no se pierda volumen.
10. Verter la mezcla resultante sobre la base de galleta y extenderla con suavidad. Cuando esté repartida, alisar la superficie con una espátula o un cuchillo, sin sierra, mojado.
11. Refrigerar al menos 4 horas antes de consumir. Antes de desmoldar, pasar un cuchillo afilado por el borde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario