16 de julio de 2014

Helado fácil de sandía

Comer helado casero sin colorantes ni conservantes es un gustazo. Siempre había pensado que hacer helado en casa era un engorro. Pues bien, este helado de sandía con pepitas de chocolate ha tirado por tierra ese falso mito. No es que se haga en un abrir y cerrar de ojos, no nos vamos a engañar, pero el pequeño esfuerzo merece la pena. Este helado de sandía se puede hacer con o sin heladera. Está claro que la heladera nos facilitará mucho el trabajo para evitar que cristalice, pero hacerlo a mano es una opción viable al cien por cien.

Helado fácil de sandía con nata y pepitas de chocolate


INGREDIENTES 
  • 500 g de sandía
  • 200 g de azúcar blanquilla
  • 400 ml de nata fría (35 % materia grasa, meterla el día anterior en la nevera)
  • 25 gr de miel
  • 100 gr de perlas de chocolate
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla (opcional)

1. Montar la nata con ayuda de una varillas o un robot de cocina. Ayudarnos de unas varillas previamente metidas en la nevera. Cuanto más frío esté todo, más fácil será montar la nata.
2. Triturar la sandía junto al azúcar, la miel y la vainilla.
3. Añadir con una espátula la sandía a la nata. Es importante que lo hagamos con suavidad y movimientos envolventes para que la nata conserve su firmeza. A partir de aquí, las instrucciones cambian si tienes o no heladera.
Si tienes heladera:
4. Meter la mezcla en la nevera durante un par de horas.
5. Introducir la mezcla en la heladera (recordad que el recipiente de la heladera debe estar al menos 24 o 48 horas en el congelador). Ponerla en marcha para que se manteque (es decir, para que adquiera la textura base de un helado) durante una media hora.
6. Introducir el helado en el congelador unas 4 horas o hasta que esté congelado.
Si no tienes heladera:
4. Introducir la mezcla en el congelador durante una hora. Entonces, y para evitar que cristalice, sacarla y batir con unas barillas o un robot de cocina. Después, meterla de nuevo en el congelador y repetir este batido cada media hora un par de veces.

Este helado de sandía es un postre muy fresquito para el verano y no entraña complicación ninguna. Si lo hacéis a mano os tocará estar pendientes del congelador. Las heladeras, para los que estéis interesados, las podéis conseguir por un precio medio de entre 18 y 20 euros en los supermercados Aldi y Lidl. Son sencillas pero más que suficientes para empezar a hacer helados en casa. 

10 de julio de 2014

Bizcocho de harina de algarroba

Seguramente sois unos cuantos, yo incluida hasta hace bien poco, los que no conocéis el potencial en repostería de la harina de algarroba. Los alérgicos al cacao la utilizan como sustituto del chocolate, aunque los muy chocolateros seguro que saben apreciar rápidamente las diferencias. Las ventajas a favor de la harina de algarroba son, entre otras cosas, el bajo contenido en grasas, su gran cantidad de fibra y que no tiene cafeína. Además, al ser rica en azúcares es innecesario añadirle edulcorantes. 

Como veis, es una alternativa sana y muy recomendable al chocolate que podréis encontrar en tiendas de dietética o productos naturales. Estoy segura que os sorprenderá esta receta de bizcocho de algarroba con dátiles y almendras, sin azúcares añadidos. Un bizcocho esponjoso energético, de miga húmeda y sabor suave, perfecto para una merienda o un desayuno.

Receta de bizcocho de algarroba sin azúcar

INGREDIENTES (para unas 10 raciones)
  • 9 dátiles
  • 200 gr de harina de espelta
  • 100 gr de harina de algarroba
  • 250 ml de leche vegetal (yo usé de avena pero también podéis ponerle de soja)
  • 2 cucharaditas de levadura en polvo
  • 1 cucharadita de bicarbonato sódico
  • 1 cucharadita de canela
  • 3 huevos medianos 
  • 8 cucharadas de aceite de oliva
  • 60 gr de nueves
  • Opcional: 1 par de cucharadas de azúcar moreno (si lo queréis más dulce)
1. Poner los dátiles en un cuenco con agua para ablandarlos. Dejarlos durante unos 15 min. 
2. Mezclar los ingredientes sólidos: harina de espelta, algarroba, levadura, bicarbonato y canela. Reservar. 
3. Batir los huevos con unas varillas o robot de cocina. Cuando estén mezclados, añadir la leche y el aceite. Batir hasta que quede una mezcla homogénea. 
4. Precalentar el horno a 180°C, con calor arriba y abajo.
5. Incorporar poco a poco, los ingredientes secos que teníamos reservados al cuenco de los huevos. Batir hasta que no queden grumos. 
6. Por último, picar los dátiles (previamente escurridos) y las nueces. Añadir a la masa y mezclar con una espátula.
7. Verter la mezcla en un molde. Yo utilicé un un molde rectangular de 26 cm de largo x 12 de ancho, pero podéis utilizar el que tengáis por casa. Colocar en la bandeja del horno, en la posición del medio. Dejar hornear durante 25 minutos o hasta que, al introducir un palillo, este salga limpio.

Si queréis este bizcocho de harina de algarroba más dulce, podéis añadir a los huevos un par de cucharadas de azúcar moreno. La receta, original del cocinero Ernest Subirana, la saqué del blog de Medicadiet.  

3 de julio de 2014

Cheesecake de limón sin horno

Ahora que hace tanto calor no apetece demasiado meterse en la cocina ni encender el horno. Este cheesecake de limón sin horno es una opción perfecta para estos días de verano, se hace en solo media hora y puedes prepararlo con antelación (hasta dos días antes). Personalmente, me encanta esta receta de cheesecake de limón, no resulta pesado ni empalagoso, es muy fresquito y entra bien a cualquier hora. Si utilizáis limones de calidad, el resultado mejorará notablemente.

Para decorar podéis añadir unas bolitas de azúcar de colores, como hice yo, frutos rojos (fresas, arándanos o lo que tengáis a mano) o simplemente unos hilos de corteza de limón. Es importante que las galletas que utilicéis para la base sean digestive, a mí las que mejor resultado me han dado son las del supermercado Día. Las otras, como me pasó esta última vez, no acabaron de formar una masa compacta y sin migas. Avisados estáis. La foto que veis es de esta misma receta con la mitad de ingredientes. Vamos con la receta. 

Cheesecake de limón sin horno

INGREDIENTES (para un cheesecake de unos 22 cm)
  • 250 g de galletas tipo Digestive
  • 100 g de mantequilla en cubos
  • 4 láminas de gelatina cortada en trozos
  • Ralladura de un limón y zumo de 2 limones
  • 350 g de queso crema
  • 200 g de azúcar blanca
  • 300 ml de nata para montar refrigerada
1. Cubrir el molde redondo de 22 cm con papel sulfurizado.
2. Poner las galletas en una bolsa hermética y pasar el rodillo encima hasta que estén bien aplastadas.
3. Derretir la mantequilla en el microondas (opción descongelar) unos segundos y mezclarla bien con las galletas en un recipiente redondo.
4. Verter la base de galletas en el molde, aplanar bien y apretar con una cuchara de madera contra la base del molde. De este modo, conseguiremos que la base de galletas quede compacta y no se rompa al desmoldar. Tapar con film y guardar en la nevera.
5. En un cuenco de cristal, remojar la gelatina y el zumo de los dos limones unos 5 minutos hasta que esté blando.
6. Poner el cuenco al baño María y mezclar con una cuchara hasta derretir la gelatina. Dejar enfriar.
7. En otro cuenco, batir la nata hasta que se formen picos.
8. Por otro lado, batir el queso crema, el azúcar y la ralladura del limón hasta que la mezcla sea homogénea. Añadir el jugo del limón y gelatina que habíamos dejado enfriando. La crema resultante debe ser homogénea.
9. Incorporar, con la ayuda de una espátula, la nata a la mezcla anterior. Hacerlo con movimientos envolventes para que no se pierda volumen.
10. Verter la mezcla resultante sobre la base de galleta y extenderla con suavidad. Cuando esté repartida, alisar la superficie con una espátula o un cuchillo, sin sierra, mojado.
11. Refrigerar al menos 4 horas antes de consumir. Antes de desmoldar, pasar un cuchillo afilado por el borde.